¿Es el 'Cacha' el mejor de la historia?
Un reciente artículo que encontré en El Alargue, el suplemento deportivo del diario El Observador de Uruguay, me puso en jaque. ¿Es Diego Forlán el mejor futbolista de toda la historia del fútbol uruguayo? La interrogante es cosa seria. A primeras, dar una respuesta afirmativa podría tomarse como un exceso de entusiasmo post mundial. Sin embargo, hay motivos para sustentar esta tesis.
A favor del 'Cacha' al menos puedo decir que le quedan algunos años más de carrera para terminar de convencer a los que piensan que es un sacrilegio compararlo con Juan Alberto Schiaffino o Juan Eduardo Hohberg. De lo que sí estoy seguro es que después de la tarea titánica que realizó en Sudáfrica ya le sacó uan brecha considerable a Ruben Sosa y Enzo Francescoli. Y a Fernando Morena le demostró que es más goleador con la 'Celeste'.
Ustedes juzguen. Aquí copio el artículo (extenso, pero digerible y muy divertido). Es un placer leerlo y terminar con la sensación de no tener una respuesta definitiva.
Diario El Observador
Forlán ¿el mejor jugador uruguayo de la historia?
Cuántos elementos subjetivos hay tomar en cuenta para llegar a una respuesta. Porque, quién dice qué cosas evaluar para catalogar a un jugador como el mejor de la historia.
¿Sus títulos, su desempeño a nivel de clubes, a nivel de selección, en los mundiales? Y si así fuera, ¿qué pesa más? ¿En todas las ligas valen lo mismo los logros? E incluso, ¿la presencia en los mundiales, se puede ponderar de acuerdo con la época, el momento o el rival de turno?
Como verán son muchas preguntas como para ir armando una respuesta de si Diego Forlán es o no el mejor jugador de la historia del fútbol uruguayo, pero Alargue irá desenredando la madeja. Por supuesto desde un ángulo subjetivo, como todo lo que se dice y se piensa cuando se habla de fútbol. No todos tenemos el mismo gusto ni la misma vara para medir el tamaño de lo que está bien y de lo que está mal.
En principio contestemos la primera pregunta. Partamos entonces de la base que, efectivamente, consideramos a Diego Forlán el mejor jugador de la historia del fútbol uruguayo.¡Sacrilegio! gritarán algunos veteranos que vieron a campeones del mundo derrochar destreza. Seguramente, algunos pensarán de inmediato en Juan Alberto Schiaffino o Juan Eduardo Hohberg. Otros, lo que solo miran la cantidad de goles recordarán a Fernando Morena y algunos más jovenes a Ruben Sosa o al mismísimo Enzo Francescoli, héroe e ídolo en la vecina orilla del Río de la Plata.
Es de orden reconocer que se hace muy difícil la comparación -y que se aceptan discrepancias-, pero también debemos explicar y argumentar por qué entendemos que Diego Forlán es el mejor de la historia del fútbol uruguayo.
Primero, porque en los tiempo modernos no hay jugador uruguayo que se haya destacado más en un Mundial y porque no existe nadie que haya tenido buenas actuaciones en dos mundiales que ni siquiera fueron consecutivos. El de Sudáfrica 2010 terminó con el premio del Balón de Oro, que la FIFA otorga al mejor jugador de campeonato según la votación de los periodistas acreditados.
Forlán lleva anotados seis goles mundialistas (1 en 2002 y 5 en 2010) en épocas en que los goles de la Celeste no eran algo común en la Copa del Mundo. Las selecciones uruguayas anteriores a Forlán habían anotado tan solo cinco goles entre 1974 y 1990 inclusive. Forlán con los cinco que convirtió en Sudáfrica, fue goleador, junto con otros tres jugadores, del Campeonato del Mundo, algo inédito para un uruguayo.Segundo, porque desde que empezó a brillar se convirtió en estandarte de la selección. Fue en ascenso y explotó cuando la exigencia fue mayor: eliminatorias y mundiales, especialmente en Sudáfrica 2010. En la era del súper profesionalismo, a excepción de Ruben Sosa, la mayoría de los jugadores que eran figura en sus clubes europeos, no demostraron lo mismo en la selección.
Sosa fue figura en el Zaragoza de España y en el Inter de Milán y convertía tanto en el viejo continente como cuando se ponía la celeste. La mala suerte quiso que en el Mundial de 1990 fallara un penal frente a España en el debut.
Tercero, porque se metió en la gente y no tiene contras, algo de lo que nadie goza en el fútbol uruguayo. Entonces, eso significa algo, y es que siempre demostró respeto por la camiseta, por sus compañeros y por la gente. Muchos “cracks” uruguayos han tenido a la afición dividida por diversos episodios o por falta de carisma
Cuarto, porque se convirtió en un jugador Clase A, como otros, ganándose a fuerza de goles y sin escándalos los galones que se fue colgando con el paso de su ascendente carrera. Jugó en las ligas más competitivas del mundo -en momentos que cada una de ellas estaba en su esplendor- y no se mareó con los aplausos. Le faltó jugar en Italia, pero en su época, el Calcio de la península ya estaba algo devaluado con respecto a las ligas española e inglesa.Quinto, porque se abrió camino calladito, sin ayuda ni con pases rimbombantes enarbolados por sus contratistas. De Uruguay (Peñarol y Danubio) se fue a las inferiores de Independiente de Avellaneda y cuando apareció en la primera “del rojo” la afición uruguaya se desayunó que el hijo del Boniato jugaba al fútbol. Después, casi sin darnos cuenta, estaba con otra camiseta roja: la del poderoso Manchester United. Ahí alternó con grandes jugadores y cuando precisó más pista se fue al Villarreal español en momento que esa liga empezó a desplazar a sus vecinas llevándose las mejores figuras. Brilló y por eso pasó al Atlético de Madrid donde es ídolo, otra vez, a fuerza de goles fundamentales y entrega.
Sexto, porque fue Pichichi dos veces. Primero en un equipo menor como el Villarreal y luego con los colchoneros del “Aleti”. Se convirtió en el máximo goleador uruguayo en la historia de la Liga española.
Séptimo, porque nunca le dijo que no a la selección a pesar de la gran cantidad de partidos que debía afrontar en la temporada. Muchos jugadores quedaron en deuda con la gente por darle la espalda a la Celeste, especialmente en aquel famoso “culebrón” con los “repatriados”, que se negaron a jugar por problemas con el técnico de turno. En este episodio es recordado Francescoli por ser la máxima figura del momento.
Octavo, porque además de estar dispuesto, llegaba para jugar y, generalmente, convertía. Casi nunca le pasó aquello de que “hace goles en su club y en la selección ninguno”. Qué le va a pasar si está a tres conquistas de ser el máximo goleador de la historia con la Celeste. Qué le va a pasar si en la eliminatoria siempre se contaba con un gol suyo y en los mundiales hizo uno siendo suplente y anotó cinco en 2010.
Noveno, porque ni la fama, ni el dinero, ni la novia que tiene –como dirían algunos- lo llevaron a encandilarse con las luces ni a mezclarse en otros asuntos que no sea el fútbol. Sus compañeros lo quieren y los que están cerca de la selección saben que es un estandarte de este grupo, pero que suma y escucha como uno más.
Decimo, porque es un líder positivo que, junto con Diego Lugano, supo hacer respetar a la gente de adentro y de afuera de la cancha. Formó parte de un grupo que supo hacer brillar la fuerza colectiva más que las luces individuales. Así sacó la gente a las calles, unida en una sola bandera como hacía muchas décadas no se veía. Porque Diego Forlán es un líder con alegría, con ganas de contagiar buena onda y eso se refleja en la juventud que hoy grita por Uruguay, sin bronca ni odio hacia sus rivales, y que entiende la garra charrúa como el orgullo de poder mirar a los ojos porque se dejó todo por la causa pero con juego limpio.
Undécimo, porque es la figura del equipo que empezó a escribir otra historia. Y fue tan humilde, que esa luz propia la compartió para que el brillo sea del Equipo, incluído el cuerpo técnico y hasta los dirigentes, sin olvidar a la gente. Eso solo lo pueden hacer los grandes de verdad.
Otros jugadores de la era moderna que llegaron a ser Clase A son Paolo Montero, Ruben Sosa, Enzo Francescoli y Gustavo Poyet. Porque para ser Clase A hay que reunir unas cuantas condiciones, no solo ser bueno con la pelotita.
Algunos más en un aspecto, otros menos, pero grandes jugadores en Uruguay hubo mucho; Clase A, contados con los dedos de las manos.
Paolo Montero fue caudillo y capitán de uno de los equipos más emblemáticos del mundo como lo es la Juventus de Italia. Campeón de Liga, de Europa y del Mundo. Un baluarte en la selección, pero los equipos celestes que conformó no lograron cambiar la historia.
Ruben Sosa fue aclamado en Milán cuando jugó en el Inter. Debía salir a la cancha antes de cada partido a saludar a los hinchas en las tribunas porque pedían fervorosamente por él. Hizo goles casi todos los fines de semana por la Liga italiana y cuando vino a la selección no falló. Sus conquistas llevaron a Uruguay al Mundial de 1990. Después falló el penal ante España en el primer partido del Mundial.Enzo Francescoli es quizás el jugador más exquisito con la pelota. Dueño de una técnica incomparable y de una adoración por parte de los hinchas de River Argentino pocas veces vista. En Uruguay fue muy criticado porque no siempre rindió de buena manera en la selección. Además, estuvo involucrado en el problema de los repatriados y eso hizo que la gente se empezara a alejar del “equipo de todos”.
Gustavo Poyet debe sorprender en esta nómina (donde quizás se escapen algunos), pero en su momento no tuvo el destaque ni la valoración que mereció. Un muy buen jugador que tuvo su momento de esplendor en el Chelsea inglés. Anotó muchos goles con el equipo londinense. Pero el plus que le permite estar en nuestra lista es que en el momento que Uruguay empezó a enderezar su camino, después del fracaso en la eliminatoria para el Mundial de 1994, Poyet apareció como una suerte de líder positivo. Una persona coherente, derecha y que realmente estaba jugando en un fútbol Clase A. Mientras otras “figuras” no tenían equipo en Europa o apenas aparecían contados minutos en sus clubes o resonaban con pases insólitos por lo millonarios casi sin haber demostrado nada en los equipos que los vendían. Poyet siempre se mantuvo en competencia Clase A. No fue un gran jugador, ni es poseedor de grandes títulos, pero bien merece el destaque entre los jugadores que han sido ejemplo de deportividad por sobre todas las cosas.
2 comentarios:
Diego es humildad!! diego es saber!!!!..
Francecoli no esta a la altura de los otros jugadores nombrados , brillo solo en River de Argentina, por la seleccion fue mas que un fracaso. Es hasta una falta de respeto compararlos con los otros jugadores mencionados.
Comparando los tiempos, la profecionalidad y la competibilidad de las selecciones de ahora , no es nada descabellado pensar y/o decir que Forlan es el mejor jugador Uguayo de la historia...
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